60. Corazón Polaco


No se que estoy haciendo aquí. Una ciudad a ratos destruida y a ratos reconstruida, la cabeza da vueltas y me siento a veces demasiado vieja, demasiado joven, demasiado lista, demasiado tonta. No importa lo que haga si empiezo dándome por vencida, si el vino no llega al borde de la copa. El viento me aparta de un lado a otro, mientras suelto una mano para confiar en la otra. Tengo frío. Se donde hay leños destrozados para hacer fuego, pero se también que no tengo nada que ganar al ir por ellos. Mañana por la mañana parece estar demasiado lejos y mis minutos de sol se transforman en horas de tormenta. Hay algo en mi mente que me gustaría estar diciendo y alguien en algún lugar debería estar escuchando. Pero por más que trato, me quedo muda finalmente. Desearía no haber seguido esa señal de desvío. ¿Por qué estoy caminando, hacia donde estoy corriendo? ¿Qué estoy diciendo, qué estoy aprendiendo?. De esta guitarra, ¿qué estoy tocando?, de esta canción, ¿qué estoy cantando?. ¿A quién estoy ayudando, a quién estoy destrozando, qué estoy dando, qué estoy recibiendo? Luna azul en el cielo de Varsovia. Necesito que se abra una puerta nueva, para que me muestre algo que ya he visto antes, pero pasé por alto unas cien veces. Un templo. Un poema nacido del cielo, para comprender que soy yo la dueña del sitio que ocupo. Un poema y un silencio, y una vía de tornado que me lance a algún lugar y me traiga de regreso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

parece que estuviera en mi mente sr. pez.
bellas y conmovedoras palabras.

suerte.

Anónimo dijo...

Corazon polaco, no se tu idioma y sinembargo me encantan tus conmovedoras y profundas palabras, debes saber que tus palabras no se las lleva el viento y que si tu te dejas llevar por el con tu sensitivo espiritu debes disfrutar de tu transito por esos lugares que tu vez algo grises y talvez tienen cosas valiosas, descubrete y descubre esas nuevas puertas que probablemente te muestren algo diferente a lo que quieres ver, lo que has visto antes, y eres y seras la unica dueña del sitio que ocupas, porque ocupas un lugar en el espacio. un gusto comunicarme con un corazón polaco que transita por Varsovia llena de historia y enseñanzas para la vida.