29. Música Popular

L o s M u e b l e s
Chile Poesía, La Moneda, Enero 2005


...La afición de todos ellos por la música (Carrasco y Barcaza cuentan con estudios de composición) dio forma espontánea a un proyecto de banda en el cual no se estableció una pauta convencional de promoción ni desarrollo, pues no había en su génesis ambición profesional alguna. Prueba de ello es que el grupo hoy se jacta de completar, en promedio, una canción cada dos años.

Marisol García, Música Popular


Lee la nota completa aquí

28. Para mi sigues siendo el eterno campeón









Después que la derrota de Colo Colo, en la final de la copa Sudamericana, me había tenido no sólo sin dormir sino sin echarme, sin beber y sin comer durante varios días y varias noches consecutivas, cuando la extenuación y el sufrimiento eran tales que creí en un momento no poder superarlo nunca, pensé en el poeta viajero, tirado en el pavimento improvisado que da al Quitapenas, envenenado por un alcohol malsano, temblando de fiebre bajo la ropa empapada por el sudor, y que sin embargo al cabo de un par de días se sentía mejor, tomaba al azar un camino cualquiera, y partía en busca de habitantes desconocidos. Su ejemplo me tonificó, me devolvió la esperanza y sentí vergüenza de haber tenido un momento de desaliento.

El poeta se llama Pedro Antonio González. Considerado el primer poeta maldito de Chile, murió en 1903 cuando aún no cumplía los 40 años. Oriundo de Curepto, en la capital se le conocieron pocas amistades y ningún familiar. Así, los seres que se aman y que están separados pueden vivir en el dolor, pero dígase lo que se diga, no viven en la desesperación, saben que el amor existe. Y cuando el dolor arremete por esas cavidades descuidadas del corazón, para el poeta no existía otra estancia: el Quitapenas. González encontraba allí el vino que borra todos los dolores, el vino para despenar.

Oreste Plath, en sus Apuntes de la memoria, escribió: “para el poeta Pedro A. González, el Quitapenas era dormitorio, biblioteca, cuarto de tarea y bar”. Ahí se abandona al sufrimiento como suele abandonarse al dolor físico: extendido, inerte, sin voluntad ni porvenir, atento sólo al lento escurrir del elixir, sorbo a sorbo.





Años después, en abril de 1925, un grupo de jóvenes futbolistas vivían momentos difíciles al ser marginados de su club Magallanes. Parecen caminar sin rumbo, por uno de los barrios más antiguos y tristes de la ciudad, a pasos de los cementerios Católico y General. A lo largo de las calles negras y heladas, los locos, los enfermos, los pobres y los condenados. Entonces encuentran refugio en el Quitapenas, y el resultado es asombroso. Como condenados a ser héroes y santos, en medio de una euforia inexplicable, deciden formar el club más importante del país, Colo Colo. Héroes a la fuerza eso sí, porque no les importan a nadie y ellos tampoco se interesan en los asuntos pequeños de este mundo.

El día después de ese maracanazo chileno, esa mañana del jueves 14 de Diciembre del 2006, seguro viví uno de mis días más tristes. La vida está colmada de acontecimientos que nos hacen desear volvernos más viejos. Sin embargo, no haríamos nada en este mundo si no fuéramos guiados por ideas falsas y equivocadas. Ideas como las que me llevaron silbando por uno que otro lugar irreal, por la Av. Recoleta hacia el norte, hasta dar con el Quitapenas,

- Caballero, en qué puedo servirlo
- Un vino para despenar, por favor.

27. Rumi



Todos los árboles del mundo
son tu árbol de Navidad.


El árbol que andas buscando a veces se llama sol,
o también lago, o nube.
Pero también puedes llamarlo mar, arena o viento.
En cada uno de ellos encuentras el árbol de la vida.
Lo que te ha engendrado está producido por otro,
y así sucesivamente.
Lo que tú llamas padre, para otro es hijo.
Si te atienes a los nombres pierdes de vista el Uno.
Los nombres son muchos, mientras que el Uno es único.
Ese es el árbol que estás buscando.
Te has tomado tu misión al pie de la letra,
por eso has fracasado.
Así fue como descubrió las raíces del árbol,
buscando en su propio corazón.

26. Los días en el mar


Pasado el tiempo de la muerte, me volví a esa parte de mi mismo que no ama a nadie y busqué refugio en ella. Tomé un poco de aliento y volví después, con la cabeza gacha, a las rosas y a las espinas de la vida.
Los días en el mar, esta vida "rebelde al olvido, rebelde al recuerdo" según Stevenson.

25. LUN, 20 de noviembre 2006

24. Ropa Interior III




23. Ropa Interior II


Lencería Los Muebles

Buscamos llenar el vacío de sus corazones y a ratos creemos conseguirlo, como por ejemplo, cuando contemplamos retratos como éste y disfrutamos de verlas así, rebosantes de plenitud. Pero es sólo una ilusión: basta haber caminado unos metros por la dura carretera del Rock & Roll, para darse cuenta que los riesgos que tomamos, nos lleva incluso a sacrificar lo que más se ama.

22. Ropa Interior

- Ven, conoce mi interior, le dije. Sin embargo, sabía que detrás de esas pupilas encontraría de todo, menos sinceridad. Para mi era suficiente y ambos aceptábamos la situación. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente.
- Hace frío, ten, abrígate, me dijo. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida eran sencillamente la felicidad. Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarla, y ella buscaba la forma de arropar mi interior. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos tomados de la mano:
- ¿Qué vamos a decirnos?
- Me siento feliz así, respondió ella.

***********

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Más sobre Los Muebles en este blog:
20. La Tercera, pag. 18
18. Los Muebles de Septiembre
12. El amor es un camino
7. Plasticina demoníaca
4. Dile que ya no la quiero
3. El hombre de la guitarra azul

21. Tanto amor, tanto odio

Odio y amo a la vez, ¿cómo es posible? no lo sé, pero ardo y me consumo.- Catulo, LXXXV.


No importa el día, el mes y el año. Siempre que releo los poemas de Catulo me atraviesa una sensación de impúdica curiosidad. No quedo tranquilo hasta terminar con su Poesía Completa, como si entre sus versos encontrara el desencuentro de mis propias emociones, retratadas eso sí por un jóven poeta que nació y murió en el siglo primero antes de Cristo. Su personalidad es de una complejidad extrema, a veces se presenta como una persona de muy buen humor, que se expresa a través de ironías más o menos sutiles, y otras como alguien azotado por las circunstancias de su vida, que le impulsan irremediablemente al dolor y a la violencia verbal. Sin duda, impulsivo y directo. Es al mismo tiempo una persona tremendamente apasionada, tanto para la amistad, como para el amor, el odio o el desprecio. El acontecimiento fundamental en la vida de Catulo se llama Lesbia. Sin ella Catulo es tan impensable como Petrarca lo sería sin Laura. Lesbia pasa a ser, no simplemente un tema, sino una fuerza generadora de poesía, una inspiración dolorosa. Ambos se pueden considerar como los autores de esos poemas. Lesbia, que pertenecía a la alta aristocracia romana, a pesar de ser una mujer casada, se caracterizaba por las infidelidades hacia su marido y su gran número de amantes, entre los que se encontraba incluso su propio hermano. Pertenecía a un sector social en el que las costumbres morales estaban sometidas a un cierto relajamiento. De no haber sido así, Catulo probablemente nunca podría haber sido su amante, ni tampoco le habría escrito esos hermosos poemas. No se puede concebir a Lesbia de otra forma que no sea así. Era necesario que lo fuera para que Catulo llevara el amor hasta los límites de una pasión que rozaría con el odio. Catulo se siente engañado y traicionado por Lesbia, aunque los momentos de entrega amorosa son intensos. Esta traición, unida a la muerte de su hermano, hacen que exista en Catulo un vaivén entre el buen humor propio de su carácter y las circunstancias de una vida nada fácil. Es precisamente esa traición amorosa la que hace que Catulo escriba los poemas más intensos, más sorprendentes y magníficos. Catulo no insulta directamente a Lesbia, sino que se limita a constatar una realidad, que es el insaciable apetito sexual de Lesbia y su elevado número de amantes. Si quisiera insultarla directamente no escatimaría en obscenidades, como lo hace en otros poemas, dedicados a sus amantes. Pero existe siempre un relativo pudor que le lleva a tratar con gran cuidado la figura de Lesbia. De todas formas, aunque Catulo hubiera insultado abiertamente a Lesbia, así no habría hecho más que reafirmar la intensidad de su amor hacia ella; porque según él, el hecho de hablar mal sobre la persona que se amó es signo de que la pasión y el amor todavía no se ha apagado, sino más bien al contrario, brilla con más intensidad. Es aquí donde reside auténticamente la genialidad de Catulo, ha conseguido borrar las fronteras aparentes entre el amor y el odio, la traición amorosa de Lesbia no hace más que acrecentar su amor, en lugar de disminuirlo. Es un hombre que reconoce que su pasión amorosa le está destruyendo, pero aún así ha confesado que es incapaz de dejar de amar, y aún la ama con más pasión todavía. Catulo no puede evitarlo, está preso de la intensidad de sus sentimientos hacia Lesbia, es algo superior contra lo que no puede luchar, ya se manifieste en forma de amor o en forma de odio. Da igual, porque son variantes de un mismo corazón, ambos provienen de un mismo sitio.

Tres poemas de Catulo:


Me preguntas, Lesbia, cuántos besos
tuyos llegarían a saciarme:
tantos como las arenas de Libia
o como las estrellas furtivas que en la noche contemplan
sin moverse los amores de los hombres.
Esos son Lesbia mía, los besos
que podrían bastar al loco Catulo;
tantos que el curioso no pueda contarlos
ni el envidioso maldecirlos.

***

Los soles se ocultan
y pueden aparecer de nuevo
pero cuando nuestra efímera luz se esconde
la noche es para siempre
y el sueño
eterno.

***

Yo me los voy a culear y voy a hacer que ustedes me la chupen
a vos Aurelio culo roto y a vos Furio que sos una loca bailarina
ustedes que a partir de mis versitos
porque son delicaditos, opinaron
que yo era un desvergonzado.
Pues, es conveniente que el poeta respetuoso sea él mismo recatado
pero no es necesario que lo sean sus versitos
que tienen finalmente sal y pimienta si son delicaditos y desvergonzados
y que también pueden incitar aquello que excita, no digo a los jóvenes, sino a esos peludos
que no pueden mover sus pitos.
Ustedes, porque leyeron mis “muchos miles de besos”,
¿me creen menos hombre?
Yo me los voy a culear y voy a hacer que ustedes me la chupen.

20. La Tercera, pag. 18

19. Werken

He dedicado varios posteos a mi grupo Los Muebles en este blog, y a través de él muchos conocen parte de mi trabajo musical. Sin embargo, también integro la agrupación Werken, un grupo de música experimental que este año cumple 18 años de existencia. Desconozco mayores detalles respecto al origen del grupo -yo ingresé en 1996-, pero su actual identidad la adquiere en 1993, cuando un grupo de jóvenes estudiantes de música de la Universidad de Chile ingresa al grupo y se incorporan a los ensayos elementos musicales de la cultura clásica europea con sonoridades y ritmos típicos de América Latina. Después de una rigurosa selección de obras, el grupo arma su repertorio con música de compositores clásicos como J. S. Bach, C. Debussy, M. Mussorgsky, y comienza a interpretarla con instrumentos folklóricos latinoamericanos. Así, las obras y los timbres de la zampoña, el charango, el tiple y la quena, sumados a los de la guitarra, el violín, el cello y el bajo acústico, configuraban lo que sería un estilo musical propio, particular y único. Hasta 1999 el grupo, que contaba con 8 integrantes permanentes, participó activamente en todo el proceso de movilización y reformas universitarias, principalmente en la Universidad de Chile, dando conciertos en las principales facultades de la capital y en diversas entidades sociales desde la tercera a la décima región. Comparten escenario con destacados músicos, como Quilapayún, José Seves, Horacio Durán, Max Berrú, Patricio Manns. En 1998, Werken recibe el 1er lugar en el Festival de Todas las Artes Víctor Jara y una de sus composiciones, Italicios, es incluida en el disco "Charango: autores chilenos", tema interpretado en esa oportunidad por músicos del grupo y la participación especial de los destacados charanguistas Horacio Durán (Inti Illimani) e Italo Pedrotti (Entrama). En ese momento,Werken entra en un período de inactividad y sus músicos siguen diversos rumbos. Durante los siguientes 6 años de silencio del grupo, yo seguí haciendo música: para el Centro de Estudios Griegos de la Universidad de Chile musicalicé a varios poetas griegos, participé como arreglador e interprete de composiciones de amigos, y actualmente tengo en carpeta la edición de mi primer disco como solista: Canciones del hombre de la guitarra azúl, pero esto lo dejaré para otro post. En el 2005, Werken vuelve a reunirse. La pasión por la música aparece ampliando y multiplicando el sentido de este reencuentro. El viernes 6 de Octubre, Werken se presenta en la sala del Conacín -Nataniel con Tarapacá- a las 21:30 horas, quedan todos invitados.

18. Los Muebles de Septiembre




Misión Cumplida
Más sobre Los Muebles en este blog:

17. Septiembre Returns


próximamente...

16. Forma y material

El mismo y antiguo dilema, el mismo ritual que en otros oficios: tomar distancia, mirar, acercarse, agarrar, sentir, vacilar, entonces actuar con decisión y finalmente, pausas prolongadas. Esto pensaba, mientras bajo el malecón de la playa grande de Cartagena, Eduardo Loyola, el artista vagabundo creador de la arenografía, seleccionaba sus arenas de colores con las que daría vida a fauna silvestre, ríos, cordilleras.
Después de algún tiempo, creí haber descubierto una cierta paradoja en el trabajo de Eduardo: lo que producía era obligatoriamente efímero, durante el día y la tarde, sometido al consumo ávido e inmediato, como corresponde a las reglas del juego de la moda; durante la noche la obra abandonada a la merced del viento, los animales, los borrachos y el mar.
En ese pequeño trozo de playa, que Eduardo rescata hace ya más de 25 años, sólo cuenta el "aquí" y el "ahora", nunca el "ayer". A pesar de ello, el arenógrafo -como le gusta que lo llamen- se inspira en fotografías e ilustraciones de tiempos pasados, donde el arte se habría vivido a otro ritmo y el "trabajo" tenía otra categoría. Por ello, me parecía que Eduardo se expresaba simultáneamente en dos lenguajes, que tocaba dos instrumentos a la vez: lo efímero y lo duradero, lo volátil y lo estable, lo fluido y lo compacto.
Ese era su estilo, y ojo que el estilo puede llegar a ser un enorme problema: el "estilo" siempre alberga el peligro de convertirse en una prisión, en una sala de espejos donde lo único que haces es reflejarte a ti mismo e imitarte.
Tengo la sensación de que el arenógrafo está muy consciente del problema. Naturalmente, él también había caído en la trampa hasta que finálmente se propuso no volver a caer, porque había aprendido a aceptar su estilo, a dejarlo todo por su pasión, por su arte; por su forma y material. La prisión cedió de repente a la enorme libertad.
Esto es para mí un autor. Alguien que tiene algo que decir sólo porque sabe expresarlo con su propio lenguaje, y que finalmente, dentro de este lenguaje encuentra la frescura para convertirse en guardián de su prisión, en lugar de seguir siendo el prisionero.

15. Antígona

Sófocles ocupa plenamente el centro reposado y clásico de la tragedia griega. Nacido en los últimos años del siglo V a.C. murió muy anciano hacia el año 406 a.C.. La aldea donde nació, Colono, se encontraba a diez estadios de Atenas. Fue, pues, el poeta de Atenas por antonomasia. Sin embargo, lo que lo une más estrechamente a su pueblo fue su asistencia, como soldado, a la batalla de Salamina, batalla central de la historia clásica. Los otros continentes, África, Asia, Oceanía y América, están separados entre sí por mares. Europa y Asia que son geográficamente una unidad continental eurasiática, están separados entre sí por la batalla de Salamina. Este hecho nuclear y central en su vida fue el motor de toda su obra: toda ella es una misión ateniense y europea.
Con una vida tranquila, sin grandes sobresaltos, pudo Sófocles dedicarse totalmente a la exaltación de lo ateniense, o, más ampliamente de lo griego, como valor fundacional de la civilización occidental. Y todavía podríamos añadir otra notación de centralidad si decimos que en la mitad de su ciclo tebano, máxima labor de su carrera teatral, como el ciclo troyano lo fue para Esquilo, florece su Antígona entre sus dos Edipos: Edipo Rey y Edipo en Colono. En el centro Antígona es la tragedia máxima de la libertad, la familia y el derecho natural frente al despotismo: la proclamación, al menos conceptual, de la civilización europea. Cada vez que esa niña valiente y gloriosa muere en escena, Sófocles vuelve a ganar la batalla de Salamina.
El argumento de esta tragedia se desarrolla claro e intrigante, aludiendo a un mito conocido desde los tiempos de Homero. Edipo ya es un personaje casi folklórico desde la antigüedad y su tremendo mito se canta desde el canto XI de la Odisea conformado en todos sus detalles. Sin embargo la fábula que se plantea en Antígona no descansa bajo un sostén puramente sensacionalista e histórico como al parecer sucediera con Edipo Rey o Edipo en Colono, sino más bien, en la confrontación de la razón de la Verdad y la razón de la Política en su máxima expresión.
Eteocles y Polínices, los dos hijos varones del desterrado Edipo, mueren peleando frente a frente en las afueras de Tebas. Eteocles del lado de la ciudad; Polínices del lado de los sitiadores. Creonte, déspota, gobernador y dueño de Tebas, decreta que Eteocles sea enterrado con los honores que correspondían a los héroes que mueren por la patria; y que Polínices, que murió defendiendo el bando de los sitiadores, sea dejado insepulto sobre la tierra, para que, en memoria de su enemistad y escarnimiento de los tebanos, se pudra al sol y sea devorado por los buitres.
Contradiciendo el dictamen del déspota, Antígona, hija también de Edipo, se propone ir por la noche a enterrar a su hermano. Ismene, su hermana, más cobarde, no se atreve a acompañarla. Antígona es sorprendida por los soldados que Creonte ha colocado en el monte para que vigilen el cumplimiento de su decreto: pena de muerte a quien entierre a Polínices. Es llevada ante la presencia del autócrata quien la increpa por su desobediencia. Entre el tirano y la doncella se produce un diálogo que, tomando altura sobre el mero interrogatorio judicial de lo ocurrido, hace chocar la ley natural, la piedad familiar de Antígona, con la voluntad personal y arbitraria del tirano. Es, sin lugar a dudas, una de las escenas más inmortales de la dramaturgia universal. Creonte sentencia según su poder material y físico. Antígona argumenta según la ley que los dioses tienen escrita en el espíritu del corazón humano. Ante la culpa de haber violado las leyes que Creonte había dictado, Antígona se defiende: “No fue por cierto Zeus quien impuso esas leyes; tampoco la Justicia, que vive con los dioses del hades, esas leyes a los hombres dictó”. Aquí se asiste en esa escena al nacimiento de la libertad, de la dignidad humana, de la conciencia personal. Las palabras de Antígona cuando le dice a Creonte que sus decretos no tienen valor ninguno en la región del Hades se ven fortalecidas cuando le grita: “No nací para compartir el odio, sino el amor”. Creonte pronuncia su sentencia de muerte y Antígona es enterrada viva en una cueva, sobre la montaña. Hemón, hijo de Creonte, que amaba a Antígona, es encontrado muerto sobre el cadáver de ella. Fue a liberarla y, al encontrarla muerta, se traspasa el corazón no sin antes intentar matar a su padre sin lograrlo; mientras su propia madre, la reina Eurídice, esposa de Creonte, se retira de escena al comprobar la doble muerte de su hijo y su prometida. “La Reina -dice el Corifeo- ha desaparecido sin decir palabra, ni buena ni mala”. Se induce que se va y se oculta para sumarse a aquella negra floración de muertes y desastres. Los griegos, amigos de la templanza, cuentan más que representan las muertes de sus personajes dramáticos.
La anticipación de valores humanistas, de temas de nuestra civilización y, sobre todo, su carácter de obra precristiana es lo que da a Antígona su perennidad y su atractivo. En una sola palabra: un clásico.
Son muchos conflictos sociales y morales los que propone la lectura de Antígona, sin embargo el diálogo de la protagonista con Creonte es la cumbre máxima a la que llega Sófocles en su intento de demostrar que el hombre por sí solo es más intenso que aquel que es moralista. No se trata de un mero reflejo del sentimiento del desacato sino conmover, mediante la agonía del ser humano por esencia, a un espectador pasivo y ciego ante las súplicas de miles de Antígonas que han dejado este mundo desde los tiempos de Sófocles hasta nuestros días. Estos son los fundamentos a la tesis de la doble razón que propone el libro: Antígona, la razón del ideal y la ley divina; Creonte, la razón del orden, la razón de Estado. Sin Antígona, no habría poesía ni revolución; sin Creonte, no habría ley ni orden. De Antígona hacia delante sigue la literatura. De Creonte hacia delante sigue el derecho político.
Pero la verdad más sutil es que no termina en tablas esta dualidad. Al final de Antígona, Creonte va admitiendo su ceguedad y sus errores, y en cierto modo se reconoce como el heredero de aquel destino o ananké, entendido como una fuerza ciega que zamarrea a los descendientes del linaje de Layo, padre de Edipo, vislumbrándose, en un nebuloso anticipo, la idea del pecado original.

14. Un Mueble premiado

Bianchi, Barcaza y al medio Carrasco, la BBC mueblera


Esta semana recibimos la noticia que nuestro cófrade y camarada, el mueble Julio Carrasco Ruiz, hizo para sí el premio Revista de Libros de El Mercurio. Al respecto, comparto parte del dialogo que sostuvimos esta mañana:

- Pez: Hermano, que bien saliste en las fotos !!
- Malayo: Wn la cagó, con esas fotos me voy derechito a las teleseries!!
- Pez: jajajja
- Malayo: sin embargo me entristece pensar en la mirada de las chicas cuando me conozcan. Es que soy tan feo.
- Pez: Hermano, no digas eso. Sólo trata de no arrugarte mucho cuando te rías. Mira a tu tío, por qué crees que le decían “la vieja” Carrasco en el Quilapayún?? Puede ser algo de familia…
- Malayo: no se brad, esto me pone mal…
- Pez: Cuando veas que las chicas se te acercan, acuérdate del calamar y estira el rostro. Cuando sientas que te viene la risa, estira el rostro. Ríete como en un aire prolongado y misterioso, tal como lo hiciste para el fotógrafo del mercurio…
- Malayo: Puede que tengas razón hermano, porque no era fotógrafo, era fotógrafa!!

Una vez que cortamos me puse a reflexionar sobre el calamar y su rostro conspicuo e insondable. El calamar se parece al poeta en dos cosas fundamentales: en que puede tomar a voluntad el color que más le convenga y en que se defiende con la tinta. Cuando se siente acechado es cuando echa mano a esa boligráfica fisonomía que posee su intestino e inmediatamente se disuelve en el agua un gran chorro de tinta. ¿Qué nos dice en aquel mensaje el calamar? No se ve nada. No se entiende nada. Para evadir la persecución, el calamar ha lanzado un largo y oscuro poema y se ha escabullido. Veinte, treinta, cuarenta versos por un instante en el líquido elemento, y no hay opinión en el fondo de los mares, o esta opinión debe de conmoverse poco.

¡Salud Malayo!
Comparto con ustedes un poema, aún inédito, del laureado libro "32 despedidas antárticas" de Malayo:

Los detergentes líquidos

Los detergentes líquidos imitan
el color y el aroma del zumo de limón
Más de una vez estuve
tentado a beberlos siendo niño
Entre azulejos cubiertos de óxido
los miraba deslizarse de un recipiente a otro

La televisión resplandecía
desde el living a oscuras
delineando mi propio reflejo
en esos frascos de plástico

Un jugo verde intenso
como la fiebre

pero un niño no podría saberlo.

13. El hombre que planta árboles

"¿Cómo hay que vivir?" Esta pregunta no se responde igual en la literatura que en la arquitectura. La arquitectura la plantea de manera más concreta, más a largo plazo. De hecho, la gente tiene que vivir en espacios construidos. En la literatura sólo se plantean preguntas o se responden de una u otra manera, mientras que en la arquitectura siempre es la pregunta y la respuesta a la vez, y si hay respuesta es "para toda la vida". Por suerte, no es el caso de la literatura, porque puedes dejar de leer un libro cuando quieras. En cambio, la gente no se va de una casa ya construida. Y cuando una ciudad se ha transformado, sus centenares de miles de habitantes tampoco se pueden ir. Por lo tanto, no vivimos igual con la arquitectura que con la literatura, y sin embargo, ambas disciplinas plantean la misma pregunta: "¿Cómo hay que vivir?".

Con todo, Cristián Warnken dio con un lugar irreal y con curioso personaje que responde esta pregunta desde la delgada línea roja que separa la metafísica de la vida urbana, una verdadera Poética del Habitar. Aquí va su nota de opinión, aparecida ayer en El Mercurio:

Un hombre planta árboles en un barrio asesinado. Mientras otros levantan edificios que, probablemente terminarán por cercarlo, él planta árboles. Árboles chilenos de hoja perenne: mañíos, laureles, peumos fragantes, quillayes crecen lentamente en el patio de un hombre cuya ocupación central es levantar un bosque en el corazón de Vitacura, una comuna de jardines pulcros y ordenados.
Hace más de 30 años que un hombre planta árboles en su jardín. Una araucaria emerge sobre el nivel de los techos de la calle La Perousse e indica el lugar donde vive el hombre que se levanta a las cinco de la mañana todos los días, que no tiene radio, ni televisión, ni teléfono y que, con pasión desesperada y gozosa, suma árboles fragantes a una ciudad que casi ha olvidado respirar.
¿Está loco?... "Viejo loco", rayó un anónimo en la acera de la entrada de la única casa de toda la cuadra sin rejas ni porteros automáticos. No tiene jardinero, porque él es su propio guardabosques. No tiene guardia privado, porque él se deja cuidar por lo que los católicos que lo rodean dicen creer, aunque demuestren lo contrario: el Espíritu Santo. ¡Él cree en el Espíritu Santo y planta árboles! ¡Está loco, por Dios! Y no tiene auto, y es el único que camina en un barrio donde sólo las "nanas" caminan. Lo podrán encontrar en la primera misa de la mañana, solo, rezando en un rincón, como el Idiota de Dostoyevski; solo en la ciudad carcomida por la sospecha y la desconfianza.
El Gigante Egoísta tenía un jardín que no quería fuera visitado por nadie; se atrincheró en su Edén privado. El hombre que planta árboles está siempre en su casa de La Perousse; es el único vecino que uno encuentra en su casa a cualquier hora, el único que te abre sus puertas sin preguntarte tu nombre, para que entres a su bosque. Es el gnomo del último bosque, el último hombre. Te sientas ahí, al caer la tarde, y no puedes creer lo que ves, oyes y respiras. Un choroy agradecido canta, cerca de ti, sin miedo... Una planta que no conocías te dice su nombre. Y el Hombre que Planta Árboles te cuenta su historia, que nadie quiere oír. ¡Está loco, por Dios! Un abogado exitoso, José Luis Vergara Bezanilla, fiscal de una prestigiosa institución, que lo dejó todo el año 1972, para traer árboles de los bosques vírgenes del sur y plantarlos al fondo de su casa. Un hombre que se despierta antes que los demás hombres para plantar y cuidar árboles, y que se acuesta antes, para seguir soñando en un bosque que recibirá un día a los niños que hayan olvidado los nombres de los árboles y sus propios nombres.
- ¿No le teme a bandas de delincuentes que rondan Vitacura?
- No -dice-. Le temo a estos delincuentes que nos roban el cielo, la vista, el agua"-dice mientras señala las amenazantes grúas que comienzan a apoderarse del barrio.
-"¿El agua?" -le pregunto-.
- "Sí, cada edificio que se levanta le cierra el paso a las aguas de las capas subterráneas que bajan desde las montañas a la ciudad. La ciudad se secará".
El hombre que planta árboles estuvo a punto de irse del barrio, expulsado por el alza de las contribuciones. Ha logrado mantenerse aquí, vendiendo sus cuadros. Mientras otros pintan manchas, abstracciones, esquizofrenias, él pinta árboles y hombres, en delicada y misteriosa unidad.

Quizás eso sea lo único cierto, al final: que un hombre y un árbol están "solos sobre el corazón de la tierra, atravesados por un rayo de sol... y de pronto es de noche".

12. El amor es un camino


A continuación presento parte del texto que acompañaba a esta fotografía:

"Queridos Muebles:

La verdad, hace bastante tiempo quería tomarme esta foto para compartir con ustedes parte de mis secretos. Me tomé varias y pese a que no me considero muy atractiva para hacer estas locuras, creo que puede ser muy motivante para que sigan tocando y grabando... Los he visto creo que un par de veces y me parecen muy divertidos pese a su intento de parecer serios y sufridos ..... ¿por qué el amor para ustedes es tan doloroso? ¿qué chicas malas los hacen sufrir tanto si son tan adorables?

Bueno, espero que publiquen la carta y esta foto que, por lo demás, hace juego con su guitarra azul!!

Cariños,

Una mueblera incondicional."

Querida amiga, cuatro cosas:
1. Muchas gracias por tu mail.
2. Respecto a que no te consideras muy atractiva, la verdad es que no pensamos igual.
3. ¿Por qué el amor es tan doloroso? El amor es un castigo. Somos castigados por no saber quedarnos solos.
4. Así como lo hacemos contigo, mantenemos el anonimato de todas, incluso de aquellas que nos hacen sufrir.

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En este blog puedes encontrar algo más de Los Muebles:
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11. Superman Returns

YA PODEMOS DORMIR TRANQUILOS



Esta vez no te vayas

Sin antes decirnos

Dónde está ese Palacio de Hielo

En el que podemos perder

Para siempre

El poder de la desolación.



10. Shine on you crazy diamond


Syd Barrett
1946 - 2006

Cuando Syd Barrett abandonó definitivamente a Pink Floyd, nunca se supo a ciencia cierta qué había pasado con él. De todos modos, a nadie le importó mucho. Ni siquiera el propio Syd sabía qué estaba pasando. Rumbo a Cambridge, a la casa familiar, vio a la multitud y pensó en las nubes y en el viento que se movían a través de ella. Las pequeñas siluetas captaban débilmente los bordes de las nubes como paradojas, enigmas, luces, y oía el tictaquear del tiempo sin saber muy bien qué es lo que sentía. Se aferraba a sus ilusiones lineales de pasado y futuro, de progresión, desde la apertura de su nacimiento hasta la inevitabilidad de su muerte. Las palabras se aferraron a su garganta. Siguió adelante. Y pensó en su Padre y en su Madre muertos, y en toda aquella incontable gente, sin soltar nunca sus esperanzas, y en su extraño sentido humano, su última ilusión, de que no importaba el cómo los días avanzaran a través de ellos: siempre quedaba el pulsar de la cosas por venir, la sensación de que incluso ahora aún quedaba tiempo.

Sigue brillando, Diamante Loco. Descubriste el secreto demasiado pronto con una aleatoria precisión, montado sobre la brisa de acero.

Bici
-Syd Barrett-

Tengo una bici
Puedes subir si quieres
Tiene una cesta
Un timbre que suena
Y cosas que la hacen parecer bonita
Te la daría si pudiera
Pero la tomé prestada

Eres la clase de chica
Que encaja en mi mundo
Te daría alguna cosa
Todas las cosas,
Si lo que quieres son cosas

Conozco una habitación
Donde se hacen melodías musicales
Un poco de poesía, algún “ching”
La mayoría de ellas son mecánicas
Vayamos a la otra habitación
Y hagámoslas funcionar

Eres la clase de chica
Que encaja en mi mundo
Te daría alguna cosa
Todas las cosas,
Si lo que quieres son cosas

9. Lugar irreal

En el 2005, con el fotógrafo Jorge Gronemeyer, participamos en el concurso Literarte de Chile Tabacos, que convocó a parejas de poetas y fotógrafos nacionales. Con un poema y esta fotografía que titulamos Desplazamientos, obtuvimos el 2º lugar y una amistad desbordante, que me motivo por un buen tiempo a fotografiar todo lo que se me ponía por delante.
Pasado unos meses, reduje mi interés de manera casi exclusiva a los muros cortafuegos y los contornos de edificios derruidos. Me pregunto si esta manera de ver bellos los muros cortafuegos o los edificios derruidos no será una visión antojadiza de alguien que no está existencialmente involucrado en todo ello. La verdad no lo sé, pero tengo la sensación que desde niños conservamos en el recuerdo cosas que convencionalmente se consideran estropeadas. Lo estropeado se mantiene más vivo que lo intacto.
Cuando fotografiamos o filmamos un lugar, ¿establecemos con él una relación distinta de la que teníamos antes, cuando habíamos pasado por delante y simplemente nos habíamos quedado mirándolo? ¿Se crea una especie de relación de propiedad? ¿Qué se lleva consigo la persona que ha hecho una fotografía de un lugar? ¿Qué queda del lugar en la imagen?.
Para un pintor la cuestión es otra. Cuando el pintor pinta un cuadro de un lugar, le está regalando algo. El escritor tampoco hurta nada al lugar donde se desarrolla la historia que narra, porque es la mente del lector la que crea la imagen del lugar. En cambio el fotógrafo, es un verdadero ladrón. Yo mismo me he sentido ladrón haciendo fotografías, y en determinadas ocasiones, mirando otras fotografías. ¿Y el cineasta? ¿No es narrador, pintor y fotógrafo al mismo tiempo? ¿Qué les hace a sus lugares? ¿Qué les da, qué les quita? ¿Cómo se los devuelve?. Los lugares nunca vuelven a ser los mismos una vez que se filmaron o simplemente nunca fueron esos lugares. Las películas suelen ser injustas con sus lugares, ya que los fijan injustamente en un único tiempo, el del presente de la película. Podrás estar en la misma ciudad, en el mismo pasaje, en el mismo elevador, pero nunca estarás en la ciudad, en el pasaje o en el elevador que te muestra la película.

8. Trasnoche

Suelo despertar a media noche. En pleno sueño alguien golpea la puerta, y es el momento en que todas las puertas retumban, una tras otra, calle tras calle.

¿Quién es ese forastero de rostro desconocido? ¿Qué busca? ¿Qué espía? A veces parece un mendigo que pide pan y techo, otras un ladrón, un policía. Pero hay días en que es el reflejo del rostro que usé en mis vidas anteriores, que regresa de un abismo acrisolado e intenta volver a entrar en mí como si nada.

Se da cuenta que he cambiado, que sus olas ya no estallan en la arena misteriosa de los cuerpos, a pesar de que hace tan sólo un momento estuvo aquí en comunión, aunque sólo hayan pasado segundos desde que me dejó en el momento inquietante en que se apaga la luz.

Entonces me quedo despierto por unos minutos preguntándome dónde estará. ¿Sufre? ¿Tendrá amigos de esos que penan? Siendo un recuerdo ¿tendrá él mismo recuerdos?

Espero que algún día deje de tocar mi puerta. No hay lugar para él en mi casa ni en mi corazón. Tal vez siga viendo en mí antiguas imágenes de mí mismo. Yo no sabría reconocer esas imágenes, mucho menos reconocerlo.

7. Plasticina demoníaca



La animosa simpatía que despierta el grupo Los Muebles en algunas de sus fans, no se vive ni se siente con la cabeza sino con el cuerpo entero. Ahora, explorando diversas variantes de las artes plásticas, llega este retrato con plasticina fosforescente que trae luz y calor al invierno de los rockeros.

Por otro lado, en la sección Mi disco ideal de la Wiken del Mercurio, el artista nacional Rodrigo Salinas destaca el tema Elena de Los Muebles: "Tiene el estribillo más pegajoso que he escuchado en los últimos años".

Si quieres escuchar Elena de la página de El Mercurio, pincha aquí.

Puedes escribirle o mandar tus fotos a Los Muebles, con plena seguridad a que se mantendrá tu anonimato, a:

julio@losmuebles.cl, santiago@losmuebles.cl, cristobal@losmuebles.cl, joaquin@losmuebles.cl

6. ¿Con quién te gustaría conversar en la otra vida?


Para la mayor parte de nosotros, la verdadera vida es aquella que no vivimos”, dijo Wilde.
Lo mismo podría decir el poeta de sus obras: “Para la mayor parte de nosotros, el verdadero poema es aquel que no hemos escrito”.
Ya ni recuerdo las veces en que me he mudado, pero siempre me pasa lo mismo al momento de embalar los libros. Vuelve a mis manos un ejemplar extraviado, cuya lectura refresca imágenes de los momentos que viví cuando lo leí. Me refiero a la maravillosa edición de las obras completas de Wilde (Aguilar, 1961).
Oscar Wilde, a pesar de haber escrito pocos poemas, -pocos poemas de primer nivel, me refiero-, es para mi ante todo un poeta; un poeta con poco tiempo para escribir poesía. Su escandalosa y brillante vida lo ocupó demasiado. Pero en toda su prosa se advierten ideas poéticas y palabras que quieren ser recordadas y repetidas como si las acompañara la cuidadosa musicalidad del tiempo.
Me imagino a Wilde como uno de esos hombres que hasta para pedir una taza de café hacen una frase memorable. Vivió como si estuviese siempre ante un anfiteatro lleno de poetas. Vivió frente a las musas como un niño o como un santo frente a Dios. Exigió que el destino condujera con él como copiloto. En la vida cotidiana fue un artista, jamás se olvidó de serlo, ni aun en los momentos más trágicos.
Recuerdo que al fragor de la lectura de Ballad of Reading Gaol, llegué una mañana a la universidad con el peinado partido al medio. Todavía escucho las risas de José Osorio: -jajajaja, te parecí a ese escritor irlandés, cómo se llama?
En fin, al igual que Churchill, si me preguntaran con quién me gustaría encontrarme y conversar en la otra vida, respondería: -Con Oscar Wilde, seguro.

A continuación algunos adagios inmortales de Wilde:

Todos vivimos en el lodo, pero algunos levantamos los ojos hacia las estrellas

Cuando alguien está de acuerdo conmigo pienso que debo estar equivocado

No puede encontrarse en la creación lo que no había en el creador

Revelar el arte ocultando al artista: tal es el fin del arte

¡Cuantas cosas arrojaríamos lejos de nosotros si no temiésemos que alguien pudiera recogerlas!

La belleza, como la sabiduría, ama al adorador solitario

5. Stella Díaz Varín


Un camino de poesía hasta el fín


Sé que no es cierto. Camarada, compañera, amiga. Sé que debes estar escondida riéndote de todos nosotros. Se que conoces la fuente de la vida eterna y que resistes al fondo de la sala, esperando que salgan Los Muebles y te canten tu canción preferida. Camarada, compañera, amiga. Sabes que la muerte no da un descanso exacto. Tan sólo el mundo acaba por detenerse y la vida en todas partes queda en suspenso. Pisas un campo de luz. Tu luz, nuestra única carretera. Sé que buscas los límites de un mar con los días contados. Una pierna sobra la otra, tus lentes, tus cigarros en la arena estriada por el viento. Sabes que estás vestida de sol y antes que ella descienda, tú te elevas.

Sé que no es cierto. Camarada, compañera, amiga. Conozco un nuevo local. Caminemos y cuéntame ¿en qué año escribiste estos versos?:

Una sola será mi lucha

Y mi triunfo;

Encontrar la palabra escondida

aquella vez de nuestro pacto secreto

a pocos días de terminar la infancia.

4. Dile que ya no la quiero


Estudio FXS, compuesto por una consola STUDER 904 A, una grabadora STUDER A800 de 24 pistas en 2” ( hasta hoy la reina indiscutida de las grabadoras análogas multipista ), y una grabadora STUDER A 810 stereo de ¼” además de algunos efectos, y compresores. Ahora cuál es cuál? la verdad lo desconozco pero este estudio fue usado por canal 13 hasta fines de los noventa, cuando comenzó a ser reemplazado por un Mac corriendo digital performer!! En la actualidad Los Muebles revolucionan estas perillas. Allí grabaron Mala y su último tema Dile que ya no la quiero.

(recitado)
Hay golpes en la vida tan fuertes, yo no se...
- yo tampoco

Triste es un día sin sol
Triste es una noche sin luna
Pero más triste es amar
Sin esperanza ninguna

Dile que ya no la quiero
Dile que ya yo la he olvidado
Pero amigo, no le digas
Que te lo dije llorando

(susurrando)
Si mi boca fuera pluma
Y mi corazón un tintero
con la sangre de mis venas
Escribiría te quiero

Dile que ya no la quiero
Dile que ya yo la he olvidado
Pero amigo, no le digas
Que te lo dije llorando

(coro mueblero)
Pero amigo, no le digas
que te lo dijo llorando

Pero amigo no le digas
Que te lo dijo llorando

Los Muebles - Dile que ya no la quiero
Voz: Julio Carrasco
Guitarra acústica, Guitarra electroacústica y Tiple: Santiago Barcaza
Bajo: Jorge Herrera
Batería: Andrés Waissbluth
Coros: Todos los anteriores + José Joaquin Prieto
Ingeniero de sonido: Francisco Straub

3. El hombre de la guitarra azul



El hombre inclinado sobre su guitarra

Un pobre sastre. El día era verde

Dijeron:- Tienes una guitarra azul,

No tocas las cosas como son

El hombre replicó:-Las cosas como son

Cambian en la guitarra azul

Entonces le dijeron:-Tócanos un aire

Más allá de nosotros, que sea nosotros mismos

Un aire en la guitarra azul

De las cosas exactamente como son.


wallace stevens